Esta obra comenzó el mismo día que estalló el volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma.
Sobrecogido por las imágenes que el artista veía en las noticias, fue evolucionando y transformando esta obra con múltiples técnicas pictóricas.
Acrílico, tinta, acuarela, óleo, esencia de trementina, spray, todo esto sobre una superficie dura, como es la madera, para que pueda soportar la mezcolanza de relieves que se han ido formando, capa tras capa.
Concebida como una obra abstracta, justo antes de concluirla, añadió el típico plátano de Canarias para identificar la lava que se representa como telón de fondo, con el volcán de Cumbre Vieja.
Al añadir el plátano y debido a su contexto social, la obra adquiere un carácter de estilo Pop art, en el que el artista rinde homenaje a los momentos difíciles que están sufriendo en la isla de La Palma.